El Talamex, ánodo de casco plano, de aluminio protege las partes metálicas del casco submarino de la corrosión electroquímica, especialmente en agua dulce y salobre. En comparación con los ánodos de zinc, tienen una vida útil hasta un 50% más larga, un mayor potencial de eficacia y un menor peso. Este ánodo de sacrificio puede montarse universalmente en el casco submarino mediante tiras metálicas. El aluminio, menos noble, se sacrifica por los metales más nobles, como la hélice, el eje de transmisión o las válvulas de mar, y los protege así de las picaduras. Por regla general, el ánodo debe sustituirse anualmente durante el almacenamiento invernal, o dos veces al año en caso de descomposición muy grave.